martes, 27 de febrero de 2018

Guía rápida para debatir sobre el aborto

Este blog nunca tuvo por intención brindar un servicio a la comunidad, pero en caso de que pudiese servir ¿por qué no...? El avance en las comunicaciones y en particular de las redes sociales, nos dan la oportunidad de debatir nosotros los proyectos, antes que lo haga la institución formal del parlamento legislativo, y que las ideas logren mucha más difusión que en otras épocas y sin necesidad de los medios de comunicación tradicionales. Esto genera no solo una discusión más profunda y pareja en la sociedad, sino que además puede marcar una tendencia que condicione en mayor o menor medida al parlamento legislativo, antes de que este comience formalmente a debatir.

No obstante esta herramienta tan importante que nos cae del cielo, sin haber hecho mérito para conseguirla, sin entenderla por completo, no suele estar siendo aprovechada de la mejor manera. Cada vez más se vuelve tendencia la idea de “es mi opinión subjetiva, la tuya también lo es, aceptala”. Bueno, esto se ve en lo cotidiano, y lógicamente también se refleja en las redes sociales. Es como si un mono se sentara frente a una computadora y empezara a escribir tocando cualquier tecla y que pretenda que aceptemos la coherencia de lo que sea que haya escrito. Sí, es valido como opinión, ahora si tu opinión se forma en premisas que yo te puedo cuestionar vos tenes dos opciones: a) defender las premisas. b) aceptar que te equivocaste. La tercera opción de “es mi opinión, punto” no es valido como argumento coherente, sí como creencia personal.

Partiendo de esta base, y con la intención de que nadie entre a un debate “dando piñas en la oscuridad con su opinión” a partir de acá empieza la “guía rápida para debatir sobre el aborto”:

En Argentina actualmente el aborto es ilegal, salvo que el mismo haya sido producto de una violación o ponga en riesgo la vida de la mujer. La Corte Suprema de Justicia determinó que para estos casos no hace falta recurrir a la justicia para que el Estado garantice la interrupción del embarazo, pero esto no evita entrar a la zona gris de: la mujer que quiere interrumpir el embarazo, pero todavía no está lista para aceptar que fue victima de violación (por millones de factores), el personal médico que se opone a realizarlo porque afecta a su código moral y/o creencias (que están en su derecho de hacerlo, pero no de impedir que otros médicos lo hagan... aunque prácticamente hacen lo posible por evitarlo), o entrar al campo de la relatividad respecto hasta qué punto el embarazo le puede generar un riesgo inminente a la vida de la mujer.

En conclusión, independientemente del fallo de la CSJ, la mayoría de las mujeres, incluso quienes estarían en condiciones de hacerlo en hospital público con todas las garantías legales, deciden interrumpir el embarazo de forma clandestina y en lugares más o menos seguros (según su nivel socio-económico).

Es importante tener en cuenta que el debate no es dicotómico entre “Pro-vida vs. Abortistas” o “A favor de metodos anticonceptivos vs. Aborto”. Algo que generalmente pasa en los debates es caer en estas dicotomías que poco ayudan a resolver esta problemática. De un lado y del otro se está a favor de defender la vida, no es una guerra santa entre angeles y demonios.

Además lo que se está pidiendo junto a la legalización del aborto, es garantizar los métodos anticonceptivos y la educación sexual integral. Hay que entender en este punto de que estamos en un país donde el Estado está ausente en muchísimas problemáticas que padece la sociedad y en especial los sectores más vulnerables, entonces es probable que muchas y muchos que participan en este debate hayan tenido educación sexual, conozcan y sepan sobre los métodos anticonceptivos, pero hay una gran parte de la población que no tuvo acceso a los mismos. Hay que considerar, además, que gran parte de las mujeres que abortan son de barrios a los que en muchos casos ni siquiera el Estado garantiza los servicios básicos, como agua corriente, luz, gas natural, cloacas, etc. En donde además, en general, el acceso a la educación (no solo sexual) es dificultoso.  

Hay que evitar de todas las formas posibles entrar al debate con frases hechas del tipo “que cierren las piernas”, “se hubieran cuidado”, “que tenga al hijo y lo dé en adopción, si fue producto de violación” y otras similares. En realidad hay que evitar entrar al debate con frases hechas, porque las mismas demuestran la ligereza con la que se abarca el tema y éste en particular no es para tomarlo a la ligera. Más si sos hombre, más si crees que es un problema solamente de la mujer, porque para un embarazo “convencional” se necesitan dos personas: un hombre y una mujer. Por más que la mujer sea quien menos posibilidades tiene de desligarse de la responsabilidad de llevar adelante un embarazo, por razones obvias, es momento de entender que también eso de “cuidarse” y “cerrar las piernas” corresponde al hombre. Salvo que el Espiritu Santo haya elegido a otra mujer para concebir, esto es una cuestión de dos mortales.

Y algo que es mucho muy importante, que no se puede dejar pasar, es el uso de la “superioridad intelectual y moral” para demostrar que tenes razón. Como dije más arriba, no se trata de “buenos” contra “malos”, no se trata de “inteligentes” contra “burros” . La persona con la que estás debatiendo puede estar más o menos informada que vos, puede tener más o menos experiencia que vos, pero de la forma que sea, sus argumentos son igual de válidos que los tuyos. Emm... argumentos no fundados en creencias personales, claro está.

Ya sé, el titulo prometía una guía rápida, y no fue ni tan guía ni tan rápida. Además dije que este blog nunca tuvo por intención brindar un servicio a la comunidad, que en caso de que lo fuera ¿por qué no...? Bueno, no es este el caso. Ahora ya pueden seguir debatiendo sobre la legalización del aborto.

jueves, 22 de febrero de 2018

No es purismo, es coherencia

No pretendo de mis dirigentes y responsables políticos la perfección. Tampoco la espero de mis compañeros y compañeras, como tampoco quisiera que ellos y ellas la esperaran de mi. Y aunque en el ámbito de lo político contemos con grandes cuadros que lograron una construcción admirable, no por eso podemos obviar cuestiones personales que son cada vez más cuestiones políticas. 

Los tiempos que corren nos obligan a que dejemos atrás los argumentos que se usaban para evitar las contradicciones que hoy hay que enfrentar. La zaraza de que el político no debe ser juzgado bajo una ética cristiana porque la política tiene su propia ética, es válida siempre que el político no proclame la justicia social y entre cuatro paredes contribuya a evitar la misma. Porque en principio o es un hipócrita o juega para el enemigo. Y juzgando bajo la ética cristiana es un Judas cualquiera. 

Hay una batalla al interior de los movimientos, al interior de las estructuras, en donde se define el modelo de militante que pretende “volver mejor”. Entre los que quieren volver mejores se filtraron expresiones de la opresión, del abuso, de lo salvaje, lo putrefacto que hay en la sociedad, que se sientan o trabajan para quienes ocupan lugares de conducción y representación en la organización de la que formo parte desde que tengo 18 años. Pero del otro lado hay militantes sin una sola mancha, que militan por la genuina convicción de que una sociedad justa es posible, que no son perfectos o perfectas, que les falta mucho camino por andar, pero que responden a un modelo íntegro de militante, que en su vida son consecuentes con sus ideas y discursos. 

De quienes traicionaron a sus militantes, a sus simpatizantes, a la organización, y todavía están acobijados en la estructura por decisión política de quienes no quieren ver esta realidad, ya no espero nada de ellos y ellas. Por quienes responden al modelo íntegro de militante, los y las que para mí van a tener el rol de cumplir con el mandato de volver mejores, me quedo en la organización a su entera disposición y con la pretensión de que no pierdan un valor invaluable del militante político: su humanidad.