jueves, 10 de noviembre de 2016

Égalité

Párrafo diario íntimo: empece a estudiar después de cenar y ya se hizo de día (y cene de noche),  estoy un poco más nervioso de lo normal. Es por el trabajo (y el no trabajo también), la facultad y algo más: parciales y finales cada vez más cerca. En algún momento de mi vida universitaria tendría que empezar a superar este nerviosismo que me quita el sueño a la hora de dormir (o lo interrumpe) y de vez en cuando unas taquicardias (poco frecuentes, pero que asustan considerando el historial genético de mi familia).

Con eso, y todo, me estaba yendo a dormir, pero desde hace unos días viene dando vueltas en mi cabeza una palabra (o más bien un conjunto de palabras) que me hace reflexionar sobre algunas cosas que pienso.

Todo empezó hace unas semanas, cuando estaba cursando en la facultad y en la clase se armó uno de esos debates que no esperas escuchar, pero que por suerte se dan. Un compañero del curso, nicaragüense creo, empezó a hacer una serie de críticas al populismo, pero sin entrar en detalles sobre su definición de populismo, lo cual a mi me desconcierta porque en realidad no sé a qué se refieren cuando hablan de populismo, y en el peor de los casos, por qué se lo critica si es lo que algunos detractores dicen que es.

La cuestión es que por suerte para mi lo interrumpen y le piden que defina populismo. Este compañero balbuceo un poco, pero finalmente dio su definición: es cuando un gobierno hace políticas demagogas con los pobres para que éstos los voten y no se preocupan para que salgan de la pobreza, ni tampoco se preocupan por la clase media y alta. Que los gobiernos populistas no buscan la igualdad, porque sólo apuntaban a los pobres. 

En eso el profesor le pide su definición de igualdad y este compañero dice que igualdad es darle a todos lo mismo. Palabras más, palabras menos,  el profesor explica que la palabra igualdad en sí misma no dice todo lo que supondríamos debería decir. Porque la igualdad no es una sola, hay distintos tipos de igualdad: podemos hablar de igualdad proporcional o igualdad asimétrica. Suena tonto, pero me di cuenta cuan aceptado es que el término igualdad es unívoco. Creo que desde que empece a estudiar ya casi no me quedan palabras que sean unívocas, y debería acostumbrarme a que va a ser así casi toda la carrera.

Entonces me puse a pensar en esa imagen que anda dando vueltas en facebook, el de los tres tipos sobre cajones, mirando un partido de béisbol detrás de una valla, que en la primer imagen dice "igualdad" y todos tienen un cajón (donde uno ve muy bien a través de la valla, el otro ve bien y el tercero no llega a ver) y en la imagen de al lado al más alto no le dan cajones porque no los necesita para ver, al segundo le dan uno solo, y al tercero le dan dos cajones para que pueda ver y arriba dice "justicia".

Esa imagen me indigna, y me molestaba aún antes de pensar sobre los dos tipos de igualdad que nombre anteriormente. En la primer imagen estamos hablando de "igualdad asimétrica", es decir, sin importar las diferencias, a todos se les da lo mismo (el cajón) y en la segunda imagen estaríamos hablando de "igualdad proporcional", es decir, según las condiciones/proporciones de cada uno se determina la cantidad de cajones que le corresponde a cada uno.

Podrían pensar que el tema de la imagen está resuelto con esa corrección de igualdades, pero NO. ¿Cómo vamos a decir que la igualdad proporcional es justicia cuando los tres tipos están mirando el partido detrás de una valla, mientras todos lo ven sentados desde la tribuna? Justicia es que estén adentro mirando el partido como todos, desde la tribuna, o en caso de que estén mirando desde afuera por ratas, que la seguridad los eche.

Pensaba en cuánto se le recrimina a las feministas por no preocuparse de igual modo por las problemáticas del genero masculino, si es que el feminismo busca igualdad. Me acordaba también en quienes decían que las políticas inclusivas como la Asignación Universal por Hijo, el Progresar, el Procrear, el Conectar Igualdad, tenían que estar a disposición de todos por igual, sino el gobierno no buscaba la "igualdad" si solo orientaba sus políticas inclusivas a la clase baja o media. Entonces otra vez estaríamos asumiendo que la igualdad es asimétrica, que la igualdad es que a todos se les de lo mismo sin considerar las condiciones iniciales de cada uno. Se me ocurren otros ejemplos con los que podría seguir hasta que se haga de noche otra vez, pero creo que se entendió (I want to believe).

Disculpen lo vago de la reflexión, pero como para mis adentros descubrí que otro término utilizado con frecuencia no es unívoco, quería dejar testimonio, a lo Homo Sapiens durante el paleolítico, en el blog. 

lunes, 10 de octubre de 2016

De regreso a oktubre, sin un estandarte...

Hay golpes en la vida, tan fuertes... 
¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; 
como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma. ¡Yo no sé!
Son pocos pero son. Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Estos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... pobre... ¡Pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza 
como charco de culpa en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes. ¡Yo no sé!
(Los Heraldos Negros - César Vallejo)

domingo, 2 de octubre de 2016

La película que vi

Termine de ver la película y cual Homero Simpson escribiéndole cartas a las películas me encuentro a estas horas indeterminadas donde podría estar haciendo muchas cosas que no estoy haciendo, escribiendo una queja para un libro de quejas imaginario (eventualmente este medio).

No soy crítico de películas y me reservo los comentarios al respecto de quienes sí lo son, pero en esta oportunidad paso a relatar de forma breve lo que pasó: los primeros cinco minutos de la película fueron calmos, cada personaje se presentaba ante el espectador en un escenario armonioso. Durante estos minutos el espectador empieza a experimentar un viaje imaginario donde escapa de la rutina, de los problemas, del ruido constante de la ciudad, para estar en un lugar cómodo ajeno a todo eso. 

Minutos más, minutos menos, la película comienza a perder todo aquello que la diferenciaba de la realidad cotidiana: empiezan las escenas de rutina, de problemas y de constante ruido de la ciudad. Drama va, drama viene, salvo algunos recuerdos de momentos felices, la película es un dramón. Finalmente uno comienza a hacerse la idea del final lógico de la película, es decir, el protagonista asumiría su derrota, se da cuenta que parte de ella es consecuencia de haber sido influenciado por historias de finales felices y... ¿se suicida? 
Bueno, no , seria muy fuerte, pero podría ser menos ingenuo la próxima vez, menos confiado y mas frío. Sip, esto es lo que parece que va a pasar, ya que están dadas las condiciones y además quedan escasos ¿cinco minutos tal vez? 

Bueno, final trágico pero con una enseñanza de que no todo esta escrito, que nadie se corresponde con nadie, que la alegría no es para todos... pero de golpe, un giro rotundo de la película, últimos cuatro minutos, el protagonista se encuentra con que al final todo estaba escrito, que todos nos correspondemos con alguien, que la alegría llega para todos y que hay que ser ingenuo, confiado y blando. ¿Por qué? Porque finalmente todo eso parece que es posible y termina la película. Es decir que no importa lo que pase, de alguna forma azarosa todo va a terminar bien. 

Linda moraleja ¿no? Peeeeero esos últimos cinco minutos de la película son exactamente iguales a los primeros cinco minutos. Quiero decir que si la película seguía lo mas factible es que la historia se volviese a repetir, nada indica lo contrario. Esto me molestó, todos saliendo del cine conmovidos, pensando en la moraleja y el final esperanzador de la película y haciendo paralelismos con sus propias vidas... y yo tan Grinch pensando que no es un final feliz, porque la película sólo mostró el comienzo de un "potencial final feliz", que si partimos de la premisa de los cinco minutos iniciales y sus conclusiones trágicas, podría deducir que la película terminó con el inicio de otra gran tragedia. 

No es que quiera quitarle las esperanzas a nadie, pero creo que interpretaron la moraleja equivocada de la película, la que hace más feliz al espectador que necesita escapar de la rutina, de los problemas y del ruido constante de la ciudad. Discúlpenme que parezca negativo pensando que la moraleja era la otra, lo que pasa es que ya no soy influenciable con historias de finales felices, no soy tan ingenuo, confiado y me volví bastante más frío.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¡A quemar naves!

Hola a todos y todas, mi nombre es Lihuel, soy estudiante de la UBA y militante justicialista. Tengo 23 años, soy porteño de nacimiento y cuyano adoptivo. Me propuse hacer este blog para tener un canal de expresión que actualmente no encuentro en otras redes sociales. Quizás comparta opiniones, reflexiones y pensamientos, todos ellos irrelevantes. En definitiva creo que busco el valor testimonial de este medio (cual Homo Sapiens en el paleolítico).

Elegí el nombre “a quemar naves” para este blog por dos motivos: el primero es personal y me remonta al momento más difícil que me toco vivir en mis años de vida. Me olvide de aclarar en el párrafo anterior que soy un ser humano, ergo, sufro como todos los mortales en los momentos  más difíciles. De todas formas calculo que se habrían imaginado que este blog no lo escribía un perro o un extraterrestre (por más inentendible que fuera).  En aquel momento de tanta incertidumbre escuche esta frase y le encontré un sentido muy alentador. Hoy, después de algunos años, tengo un segundo motivo para usar esta frase, que es más colectivo que personal, y tiene que ver con mi otra condición además de humano y es la de militante.

Antes de seguir creo necesaria una referencia histórica para esta frase: Cuentan que Alejandro Magno al llegar a la costa Fenicia observó que sus enemigos lo triplicaban en número y que su tropa se veía derrotada antes de pisar el campo de batalla. Ante este panorama, al desembarcar, Magno mandó a quemar todas las naves. Mientras su flota ardía, el líder macedonio reunió a su ejército y les dijo: “Observen cómo se queman los barcos… Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar.”

Como dije, en mi condición de militante justicialista, esta frase vuelve a tomar otro significado dado los tiempos políticos que corren en mi país: los conservadores llegaron al Gobierno Nacional, a la provincia de Buenos Aires, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a Mendoza, entre otras provincias importantes. Después de 12 años de gobierno kirchnerista y de tantos derechos conquistados, el panorama actual es de mucha incertidumbre.

Sin embargo se esta dando un proceso político muy interesante en el campo popular, como cada vez que llega un gobierno conservador al poder. Comienza a verse en este campo cómo antagonismos históricos, rivalidades y ciertos sectarismos se abren paso para llegar a puntos de encuentro superadores.   

Me acuerdo de Magno porque él, en aquel momento desolador en la costa de Fenicia (al quemar las naves) dijo: “Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible: en los barcos de nuestros enemigos.” Hago este paralelismo porque nosotros, los del campo popular, no tenemos otra forma de volver a creer en un proyecto de país mas que utilizando las naves de nuestros enemigos: la democracia burguesa que tanto le falta por reformar. Esas van a ser nuestras naves para volver.