domingo, 1 de marzo de 2020

Tão longe

Desde que te fuiste no soy más que un alma en pena, vagando una y otra vez por los sitios que recorrimos juntos.

Deseo tanto volver al momento que nos conocimos y decir lo que no me animé a confesarte, que estaba loco por vos y que me hacías sentir el hombre más afortunado del mundo. 

Me arrepiento una y mil veces no haber estado a tu lado cuando lo necesitabas, de no haberte acompañado más cuando pude.

Me pregunto hasta cuándo voy a seguir sintiéndome así, me pregunto si te recordaré cuando se haya cumplido un año, o dos, o diez, porque a veces creo que te supero y otras me veo superado.

Tu nombre para mi, al menos por un tiempo, va a seguir siendo la espina clavada en mi corazón, la que me haga estremecer de dolor y acurrucarme en la oscuridad a padecer. 

Tu voz seguirá siendo el dulce canto que retumbe en mis oídos de una vida que pudo haber sido.

Tu recuerdo y lo poco vivido, lo que no fue ni será, cada noche solitaria vendrá a visitarme.