Elegí el nombre “a quemar naves” para este blog por dos motivos: el primero es personal y me remonta al momento más difícil que me toco vivir en mis años de vida. Me olvide de aclarar en el párrafo anterior que soy un ser humano, ergo, sufro como todos los mortales en los momentos más difíciles. De todas formas calculo que se habrían imaginado que este blog no lo escribía un perro o un extraterrestre (por más inentendible que fuera). En aquel momento de tanta incertidumbre escuche esta frase y le encontré un sentido muy alentador. Hoy, después de algunos años, tengo un segundo motivo para usar esta frase, que es más colectivo que personal, y tiene que ver con mi otra condición además de humano y es la de militante.
Antes de seguir
creo necesaria una referencia histórica para esta frase: Cuentan que Alejandro Magno al llegar a la
costa Fenicia observó que sus enemigos lo triplicaban en número y que su tropa
se veía derrotada antes de pisar el campo de batalla. Ante este panorama, al
desembarcar, Magno mandó a quemar todas las naves. Mientras su flota ardía, el líder
macedonio reunió a su ejército y les dijo: “Observen cómo se queman los barcos…
Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no
podremos volver a nuestros hogares y ninguno podrá abandonar esta tierra que
hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un
camino de vuelta y es por el mar.”
Como dije, en mi
condición de militante justicialista, esta frase vuelve a tomar otro
significado dado los tiempos políticos que corren en mi país: los conservadores llegaron al Gobierno Nacional, a la provincia de Buenos Aires, a la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y a Mendoza, entre otras provincias importantes. Después de 12
años de gobierno kirchnerista y de tantos derechos conquistados, el panorama
actual es de mucha incertidumbre.
Sin embargo se esta dando un proceso político muy interesante en el campo popular, como cada vez que llega un gobierno conservador al poder. Comienza a verse en este campo cómo antagonismos históricos, rivalidades y ciertos sectarismos se abren paso para llegar a puntos de encuentro superadores.